ACOM apoya el derecho de Israel a proteger su población y territorio y responsabiliza a Hamás de la violencia
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La defensa de las fronteras de un país es un derecho recogido en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
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ACOM simpatiza con los esfuerzos del Estado de Israel para defender a su población de una ofensiva terrorista
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El permanente rechazo a la existencia de Israel por parte de gran número de países musulmanes, los intentos de deslegitimización del movimiento BDS y la demonización desde algunos medios, son sólo muestras de antisemitismo enmascarado hoy como antisionismo.
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Tras los últimos acontecimientos ocurridos en Gaza, se han publicado en los medios de comunicación numerosas informaciones sesgadas y manipuladas que contribuyen a la creación de una atmósfera de injusta e implacable hostilidad contra Israel y su pueblo. Por ello, ACOM busca aclarar detalles relevantes ante la desinformación y manipulación que existe al respecto.
ACOM comparte y apoya las acciones tomadas por parte del Estado de Israel para asegurar la seguridad de sus ciudadanos y la integridad de sus fronteras ante una gravísima amenaza yihadista. El 30 de marzo pasado, el régimen del grupo terrorista Hamás, que controla Gaza, lanzó una campaña de seis semanas de ataques violentos contra la frontera con Israel. La banda terrorista islámica ha llevado a cabo dichas agresiones junto con llamamientos masivos desde las mezquitas exhortando a la “liberación” de Jerusalén y a la matanza de judíos. A escasos tres kilómetros de la frontera que se está asaltando, hay pequeñas poblaciones israelíes: Mefalsim, Kfar Aza, Najal Oz, que sin la protección fronteriza quedarían expuestas y a merced de una turba armada de fanáticos asesinos.
Desde hace años, Hamás pretende deliberadamente infiltrar terroristas en territorio israelí para que cometan ataques contra la población civil y sembrar el caos en el país. En su último comunicado, la organización islamista ha pedido públicamente que los participantes de las revueltas lleven cuchillos, pistolas y que intenten secuestrar a la población Israelí. La interpretación por parte de los medios de comunicación de que se trata de un caso de agresión israelí desproporcionada contra manifestantes pacíficos es tan sesgada como malintencionada; no hay nada de pacífico en intentos de asaltar violentamente una frontera, ni se trata de manifestantes, sino de terroristas entrenados rodeados de civiles usados como escudos humanos.
En los últimos días, se ha comprobado que, una vez identificadas las bajas palestinas, un gran número ellas son miembros activos, entrenados y violentos de Hamás o de la Yihad Islámica. De forma habitual, Hamás alecciona en la Yihad y provee entrenamiento militar a los niños del territorio desde el parvulario. Cuando se habla de adolescentes heridos y muertos, hay que recordar que la edad de alistamiento en Hamás son los 15 años. Esto sucede ante la complicidad de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) y de todas las organizaciones humanitarias, que conocen dicha problemática y prefieren ignorarla. La propia existencia del concepto de “refugiados”, que únicamente se hereda en el caso palestino, y tras cuatro generaciones, expone a ciertas organizaciones y sus motivaciones para perpetuar su propia subsistencia.
Desde la evacuación voluntaria de Israel de Gaza en 2005, acto unilateral efectuado para promover la paz con los palestinos, casi 20.000 cohetes han sido lanzados desde ese territorio contra la población israelí. Fue este hostigamiento continuo lo que provocó las restricciones fronterizas y dos campañas militares israelíes. La gestión de Hamás en la Franja de Gaza, desde que tomó el poder violentamente entre 2006 y 2007, ha sido desastrosa. Además, la cuantiosa ayuda humanitaria internacional recibida, ha sido expoliada por Hamás y utilizada para mantener su infraestructura criminal: construir millonarios túneles para infiltrar terroristas en Israel y adquirir y construir cohetes y misiles con los que atacar las ciudades israelíes.
Gaza cuenta con dos fronteras terrestres. Una de ellas es el paso de Rafah con Egipto que está cerrado a mercancías y muy limitado para personas desde enero del 2015. Los bienes que entran en Gaza lo hacen por el paso de Kerem Shalom con Israel, que abastece a todo el territorio para evitar cualquier “crisis humanitaria”. Las interrupciones que se han producido en el suministro energético fueron causadas por la propia Autoridad Palestina, que dejó de pagar por ello para penalizar a Hamás en su lucha de poder interno. En los recientes disturbios los activistas de Hamás han prendido fuego al gasoducto que surte a la franja de Gaza; han destruido tendido eléctrico y dañado el puesto de Kerem Shalom, lo que ha obligado a su cierre temporal para su reconstrucción, que costará nueve millones de dólares al erario público israelí.
ACOM lamenta cualquier victima civil que tristemente pueda ocasionar la respuesta a la acción terrorista que Hamás está llevando a cabo, pero los verdaderos responsables de esas muertes son los propios yihadistas que utilizan como escudos humanos a civiles. Por otro lado, respecto a la información sobre el número de heridos y muertos, ésta no es contrastable, dado que el informador es únicamente el propio interesado mediante su Ministerio de salud. La posibilidad de que las cifras sean poco fiables y utilizadas para la manipulación es altamente elevada. En todo caso, ACOM se solidariza profundamente con la población de Gaza, que sufre el yugo de la organización terrorista Hamás. Es significativo que, aunque en la franja viven un millón y medio de personas, y a pesar de la capacidad de coacción e intimidación de Hamás, en las últimas algaradas sólo participaron 40.000 personas, un 2,5% de la población.
El Gobierno de España, conociendo las dificultades que implica la defensa de las fronteras frente al ataque por parte de grupos organizados, así como las consecuencias de los ataques terroristas perpetrados en nuestro territorio, como el reciente atentado yihadista en Barcelona, debería anteponer la solidaridad con la victima del ataque terrorista, el estado judío, identificar con claridad al agresor, Hamás, y denunciar sus fines criminales.
Cabe destacar que las fuerzas políticas españolas de la oposición que se han movilizado contra Israel en actos callejeros, son las mismas que han ofrecido apoyo constante al régimen sanguinario de Bashar Asad en la guerra de Siria; una guerra que ha causado medio millón de muertos, casi ocho millones de desplazados y más de cinco millones de refugiados. Estos activistas, en su mayoría relacionados con IU-Podemos y el movimiento antisemita BDS, no organizaron ninguna manifestación de repulsa o condena en respuesta a los ataques del régimen sirio en los que también fueron asesinados más de tres mil palestinos.
Israel es el único estado judío en el mundo, la única democracia en Oriente Próximo y el único país de la región con una trayectoria consistente de respeto a los derechos humanos. La defensa de la población civil, y de sus fronteras, es un derecho inalienable de cualquier nación, establecido por el derecho internacional y recogido en la Carta fundacional de la ONU.