Blanqueo del terrorismo palestino en el Senado
El PNV, con el apoyo de los grupos del PSOE y del PP, blanquean el terrorismo palestino en el Senado. La moción, que fue aprobada con mínimas modificaciones, también recibió el apoyo de Podemos, ERC y el PDeCAT.
Los senadores Lucas Parrón del PSOE y Fabra Part del PP aceptaron un debate basado en las manipulaciones e incorrecciones de la moción del grupo vasco en la que, con la excusa de instar al Gobierno a promover la solución del conflicto palestino- israelí, se establecía una perversa equivalencia entre Israel y Hamás y una equidistancia inaceptable entre democracia y yihadismo.
*********
El pasado mes de enero el grupo parlamentario vasco en el Senado (EAJ-PNV) registró una iniciativa parlamentaria para su debate en la Comisión de Exteriores, en la que se instaba al Gobierno más implicación para solucionar el conflicto palestino-israelí en el ámbito internacional mediante la recuperación del proceso de paz entre ambas partes.
Esa era la apariencia. Sin embargo, el debate celebrado esta semana ha evidenciado la absoluta falta de principios y la desnortada política de unos partidos políticos que, en vez de considerar datos veraces y realidades contrastables, prefieren caer en automatismos falaces que equiparan agresión y reacción, verdugos y víctimas, agresión y protección, teniendo como consecuencia el blanqueamiento del terrorismo palestino y el desprecio al estado de Israel y a sus ciudadanos. La moción exhibía, además, un desconocimiento flagrante sobre la situación en Oriente Medio que precisa un posicionamiento claro frente al islamismo radical y las poblaciones sometidas a él, como es el caso de los palestinos gazatíes en manos de Hamás.
Con el teórico objetivo de alcanzar una solución justa, eficaz y duradera al conflicto, el texto no menciona ni una sola exigencia a la Autoridad Palestina. Ninguno de los diputados habló de cómo la Autoridad Palestina recompensa a terroristas en función del número de judíos que asesinen. Sólo el pasado año realizó pagos mensuales de más de 122 millones de euros en concepto de salarios y otros beneficios económicos a los terroristas y sus familias.
Los grupos políticos de nuestro Senado se permitieron opinar y censurar la decisión soberana de un aliado como los EEUU de establecer su embajada en la capital de otro estado soberano y amigo como Israel, y atribuir a esta decisión el resultado de actividades terroristas, como si estás no hubiesen ocurrido antes, durante y después independientemente de estas decisiones, como si el yihadismo necesitara razones objetivas, o como si se pudiera apaciguar a este aceptando sus exigencias y chantajes, como este de mantener la ficción de que la capital del estado judío no es Jerusalén. En su soberbia, Bildarratz, Lucas y Fabra usaron la sede de nuestra soberanía nacional para discutir a otro estado soberano dónde puede o no tener la sede de su gobierno y sus instituciones.
Habla el portavoz vasco Bildarratz Sorron del bloqueo de Israel de la franja de Gaza, obviando que se trata de un bloqueo legal y ajustado al Derecho internacional y que por la frontera entre Israel y Gaza pasan diariamente toneladas de bienes que abastecen al enclave. O que es la propia Autoridad Palestina la que provoca escasez limitando el pago de suministros clave como la electricidad por rencillas políticas internas. O que el llamado bloqueo no es sino un control normal para evitar el contrabando habitual de material de guerra que ha sido usado para lanzar 20 mil cohetes y misiles contra la población civil israelí. Mientras, convenientemente, el senador Bildarratz Sorron se olvida del bloqueo que impone Egipto. Lo cierto es que la otra frontera de la franja, lindante con Egipto, lleva cerrada la mayor parte del tiempo en los últimos diez años. Por supuesto, no hay manifestaciones en la frontera de Gaza con Egipto para protestar por el cierre continuado del paso fronterizo más conocido de la Franja, el de Rafah. Tampoco intentos violentos de asalto de la frontera y ataques a la población civil, como si hacen sobre Israel.
Hablaron los senadores Bildarratz (PNV), Lucas (PSOE), Fabra (PP), Pascal (PDeCAT), Martí (ERC) y Vilà (Podemos) de resoluciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Las mismas resoluciones que, curiosamente, nunca ponen el foco en satrapías violadoras de los DDHH como Venezuela, Cuba, Afganistán o Qatar, entre otras, a las que el Consejo de Derechos Humanos nunca considera oportuno condenar por nada. Porque ese consejo está formado, hay que recordarlo, por países como los antes citados. El mismo consejo que se niega a condenar la violencia por parte del grupo terrorista Hamás contra la población israelí, pero si criminaliza el legítimo derecho de Israel de defenderse.
Como en el resto de estos lamentables debates sobre Oriente Medio de profundidad escolar con los que algunos políticos españoles nos castigan, el aspecto de los mal llamados refugiados palestinos salió a colación, dejando patente de nuevo el desconocimiento de la Comisión de Exteriores del Senado sobre la verdadera naturaleza de la agencia UNRWA. La UNRWA que, desde hace más de 70 años, incumple el criterio de la propia ONU sobre quién es un refugiado, ha dilapidado sumas millonarias de donaciones y sigue mostrándose incapaz de ayudar a los descendientes de refugiados y desplazados palestinos a superar esa condición. El único caso en el mundo en el que la condición de refugiado se transmite de generación en generación. Una organización preocupada en mantener su gigantesca estructura de generosas nóminas más que en los propios palestinos.
Muy lamentable todo.