El deplorable compadreo del ministro Dastis en Irán con carniceros y genocidas
La visita del Ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, a Irán, evidencia la absoluta falta de principios y la desnortada política de nuestro Ministerio de Exteriores en relación a uno de los mayores patrocinadores internacionales del terrorismo islamista.
La visita ha tenido como resultado la firma de un memorándum de entendimiento entre ambos países. Ese deseo de convergencia con el régimen de los Ayatollahs se hace sin compromiso, exigencia o mención alguna a que la teocracia iraní avance en el respeto a los derechos humanos, abandone de inmediato su agresiva política expansionista en la región, y renuncie a sus amenazas genocidas contra Israel.
No es relevante para Dastis que Irán sea un régimen medieval gobernado por un ayatollah, que es su líder supremo, que ejerce un control férreo de todos los resortes de un estado corrupto y represivo hasta la médula y con una farsa de sistema electoral. No es relevante que en Irán se aplique la Sharia, ni que las mujeres deban ir cubiertas a riesgo de sufrir a manos de la policía religiosa. O que los gays sean colgados de grúas. Hasta tal punto les son ajenas esas dolorosas realidades, que ha mantenido un encuentro con su Primer Ministro, el brazo ejecutor de la Ley islámica, y las mujeres españolas integrantes en la delegación se han visto obligadas a rebajar su dignidad profesional y personal portando el hiyab, símbolo de sumisión por el que decenas de mujeres en Irán han sido encarceladas al desprenderse del mismo.
La visita de Dastis y su complicidad con el régimen chiita es especialmente desafortunada precisamente en un momento en el que Irán está incendiando la seguridad internacional, con su ataque militar a la soberanía israelí y su escalada en el apoyo al asesino Al Assad, que estos días redobla su esfuerzo criminal sobre la población siria. Con su patética connivencia, Dastis también legitima la brutal represión que la dictadura iraní ha lanzado contra su propia población las últimas semanas.
Resulta esperpéntico que el propio Dastis, el día que rubrica con su firma el blanqueamiento de un régimen genocida y criminal, condene públicamente «los ataques deliberados a infraestructuras y personal sanitario en Siria por parte de las partes del conflicto«, y que Irán es «imprescindible en la atención a la situación humanitaria de países Siria, Yemen o Iraq«. El sangriento cinismo que evidencia Alfonso Dastis al equiparar a verdugos y víctimas, mientras celebra con el siniestro régimen tras estas matanzas, nos llena de estupor.
Su mansedumbre con el régimen que financió a Podemos para que subvirtiera nuestro orden constitucional en una intolerable injerencia, nos avergüenza.