El despropósito lamentable de España en la ONU

Ayer el Gobierno de España, en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, refrendó con su voto una resolución islamista contra EEUU. De este modo, nuestro gobierno reincide en un comportamiento que produce el máximo bochorno entre los españoles preocupados por la libertad en el mundo y vergüenza frente a democracias aliadas como la norteamericana o la israelí.

La proposición fue elevada a la Asamblea de la ONU en una sesión especial de emergencia convocada por Yemen y Turquía, y su objeto era censurar que EEUU reconociera la evidencia de que Jerusalén es la capital de Israel.

España apoya, ridículamente, denegar derechos a dos estados soberanos, Israel y EEUU: al primero, a tener su capital, operativa desde hace décadas, en la ciudad que es epicentro histórico, cultural y espiritual del pueblo judío; al segundo, a seguir el mandato de su Congreso que exigía desde hace 18 años corregir la absurda ficción de mantener que no es así. España prefiere plegarse al chantaje de los terroristas palestinos y del yihadismo internacional.

Para cometer este linchamiento en la ONU, el gobierno de Mariano Rajoy y su ministro Alfonso Dastis nos ha rebajado a todos los españoles a seguir la iniciativa de estados fallidos como Yemen, en medio de una carnicería innombrable, y de Turquía, país con gravísimos déficits democráticos donde se producen permanentes violaciones de derechos humanos. Una vergüenza.

Como las frivolidades en política exterior no suelen salir gratis, y el gobierno de EEUU había advertido de que esta exhibición de deslealtad no pasaría desapercibida, los españoles acabaremos pagando el coste político y económico de la adolescente política exterior del gobierno de Rajoy. Y esto en un momento en el que España debería preocuparse de cuidar a nuestros aliados más leales ante el intento de internacionalizacion del desafío secesionista.

Un despropósito lamentable.