El embudo moral con los judíos del Ayuntamiento de Valencia
Valencia se suma a esos histriónicos casos que celebran a los judíos hasta 1945, y los repudian a partir de 1948. Y cuanto más lejos anden en la escala temporal, como Ibn Gabirol, más cómodo se les pone el panegírico.
Se celebra estos días en Valencia una muestra, organizada por el Ayuntamiento de dicha ciudad, y con la colaboración de varias organizaciones judías, conmemorando el legado de Ibn Gabirol. Hasta ahí, todo normal: una de las mayores figuras judías españolas de la historia, que bien merece su permanente recuerdo.
Lo paradójico es que, el Ayuntamiento de Valencia, la institución europea que más furibundamente ha atacado a los judíos vivos en los últimos años, sea quien ahora celebre el legado judío.
El patrón básico de comportamiento del Ayuntamiento de Valencia se resume en:
1º) Criminalizar, estigmatizar y demonizar a los judíos vivos.
2º) Intentar blanquearse posteriormente usando a los judíos muertos.
Desde la llegada al consistorio del equipo de gobierno Compromis-PSOE-Podemos, los ataques a Israel, a sus ciudadanos, y a todo judío que defienda el derecho a existir de su patria ancestral, han sido permanentes.
En 2017 pretendieron aprobar una regulación que expulsaba a judíos de la vida pública. Advertimos de su ilegalidad, y recapacitaron, no siendo elevada finalmente a Pleno.
Medio año después, en su obsesivo odio y afán discriminador, aprobaron la moción. De hecho, esa aprobación supuso poner a Valencia del mapa de la ignominia, así reconocido especialmente por los propios antisemitas.

En una operación de burdo maquillaje de la anterior moción, y apelando a un supuesto previo informe de los servicios jurídicos municipales para cada una de las acciones que de él se desprendían, el Ayuntamiento de Ribó aprobó un texto claramente discriminatorio.
Les denunciamos, y meses después, a pesar de que el ayuntamiento destinase los recursos municipales a defender una resolución que expulsaba a los judíos de la vida pública, ganamos. Los tribunales fueron contundentes: la moción era DISCRIMINATORIA.
Pero no contentos con ello, a pesar del duro varapalo legal, se erigieron en la vanguardia de la discriminación a nivel español, fomentando prácticas que niegan a judíos derechos constitucionales básicos. El Ayuntamiento de Valencia acogió una conferencia a nivel estatal donde se debatió cómo implementar las mociones aprobadas por los diferentes espacios en la contratación pública y la programación cultural.

También, presumiendo de las medidas discriminatorias que ponían en práctica, mandaron por todo el país a cargos públicos a difundir las “bondades” de sus prácticas totalitarias.
Y a pesar de los reveses judiciales (que tumben un acuerdo municipal por vulnerar el artículo 14 de la Constitución no es algo baladí), persisten en la retórica falsa, sin contraste, que incita expresamente al odio.
La presencia de miembros de su equipo de gobierno en aquelarres antisemitas es constante:
Nunca falta el Ayuntamiento de Valencia a cualquier sarao donde se criminalice a Israel. Y poniendo el dinero de todos los contribuyentes para tal efecto.
Hay que destacar también la fluida relación (y costosa para los ciudadanos) entre el Consistorio y UNRWA España, un chiringuito privado que actúa como si fuese una entidad pública, accediendo indiscriminadamente a recursos públicos mientras vive parasitariamente del conflicto árabe-israelí.
La cesión de recursos públicos al entramado es una constante.
En definitiva, el Ayuntamiento de Valencia, de forma PERMANENTE, patrimonializa las instituciones del Estado, instrumentalizándolas para fines políticos excluyentes y denigratorios contra una minoría como la judía que nos retrotrae a los momentos más oscuros de la historia de Europa.
Compromis y su campaña de odio
La formación del alcalde de Valencia, Compromis, se ha destacado como uno de los principales impulsores en España de la campaña discriminatoria contra judíos.
Los ataques del partido pancatalanista al Estado de Israel, concebido como colectividad judía, son constantes, convirtiendo a la Comunidad valenciana y Cataluña en los focos más agresivos de toda Europa en la aprobación de resolución de mociones antisemitas.

La apuesta discriminatoria de Compromis (desde el sectarismo feroz y un descarado sentido de impunidad) no se queda en las mociones excluyentes, sino que penetran en todos los estamentos bajo su control. La Consejería de Educación de la Generalitat valenciana, cuya titularidad recae en Compromis, manchó el nombre de Valencia como un foco de desprecio a los judíos en el mundo, ofertando un curso sobre antisemitismo (de carácter público y oficial) organizado por el grupo que precisamente promueve el odio y la discriminación contra los judíos y su estado en España.
La doble moral
Valencia se suma a esos histriónicos casos que celebran a los judíos hasta 1945, y los repudian a partir de 1948. Pero no es el único caso en la Comunidad valenciana.
Sagunto, por ejemplo, al mismo tiempo que se establecía como un espacio “Judenfrei”, se vanagloriaba de la huella judía en la localidad.
Cuando aún la moción aún estaba activa, pendiente de la resolución judicial tras nuestra denuncia, el ayuntamiento hablaba de “acercar el legado sefardí a los más jóvenes”.
En esa disparatada y demencial línea de actuación, en el acto de presentación de la exposición sobre Ibn Gabirol en el Ayuntamiento de Valencia, intervino Gloria Tello, concejal de Compromis y miembro del equipo de Gobierno. La misma que, tiempo antes, aprobó orgullosa una regulación de exclusión de judíos, y también apoyó la defensa jurídica de tal disparate.

En definitiva, el intento de blanqueamiento del Ayuntamiento de Valencia, tras exhibir una agresividad inopinada contra los judíos vivos, no deja de ser eso: una patraña que sólo engaña a quienes se dejan engañar.
ACOM, por su parte, como grupo de referencia de la sociedad civil española en la lucha contra la discriminación a los judíos y el hostigamiento contra Israel y sus ciudadanos en nuestro país, sigue comprometido con que el apoyo activo a campañas de odio contra los judíos no queden sin respuesta.