La doble moral: enfocando en el lugar equivocado
Desde ACOM denunciamos la cruel farsa que tendrá lugar dentro de «LesGaiCineMad», Festival de cine lésbico, gai y transexual de Madrid, con la proyección de «Queers en Palestina: intersecciones», una doble pirueta cínica mediante la cual se pretende reflejar a Israel cómo espacio de represión homófoba y los territorios palestinos cómo un paraíso de tolerancia hacia la homosexualidad.
Reza el programa que el documental será «un espacio donde se reinventarán los estereotipos islamófobos de género y la propaganda homonacionalista sionista«. Ese furibundo contenido anti-israelí choca con la realidad: en Gaza se tipifican los actos sexuales entre hombres con una pena de hasta 10 años, y la propia autoridad de Hamás pretende reiteradamente modificar su código legislativo en base a la Sharia, lo que agravaría la situación de la comunidad LGTBI. La persecución a gais (llegando incluso a la ejecución sumaria) se produce con regularidad en territorios palestinos. Muchos de esos gais y lesbianas palestinos logran esconderse en Israel con el objetivo de escapar de la extrema intolerancia, el abuso físico, o desaprobación de sus familias. En Israel los derechos de los homosexuales se reconocen legalmente, contando con el reconocimiento de las parejas de hecho (homologado al matrimonio por su Tribunal Supremo), la adopción, el reconocimiento de matrimonios gay contraídos en el extranjero y la rígida garantía de no discriminación del colectivo LGTB en el ámbito laboral, entre otros derechos. La comunidad LGTB está plenamente integrada en la sociedad israelí, ocupando los más altos puestos de responsabilidad en el ejército, el poder judicial, o en el ámbito parlamentario, por ejemplo.
Lo grave es que la proyección de ese líbelo rancio contra Israel es sufragado con fondos públicos. Se produce un uso escasamente ético, cuando no fraudulento, de nuestros impuestos, dirigiendo amplias partidas presupuestarias a organizaciones que no dudan en promover contenido abiertamente falaz utilizando para sus intereses a colectivos en exclusión. Sorprende cómo enmascaran la persecución de la homosexualidad en territorios palestinos, o cómo obvian abordar la realidad en otros países del entorno. De 50 países del mundo con la religión musulmana cómo predominante, ninguno de ellos reconoce derechos civiles a la comunidad LGTBI, estando expresamente prohibida la homosexualidad en 37 de ellos, con castigos que van desde latigazos hasta la muerte, generalmente horca o lapidación.
Sorprende negativamente el apoyo económico al evento por parte de instituciones públicas, con la Universidad Complutense y los Ayuntamientos de Madrid, Getafe, Leganés, Rivas Vaciamadrid y San Sebastián de los Reyes a la cabeza, a los que se suma el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid. Deberían explicar rotundamente estas administraciones cómo pueden destinar fondos a hipocresías propagandísticas de este calibre. La Comunidad de Madrid va más allá del apoyo económico: ofrece como plataforma de difusión de ese mensaje de odio el Programa LGTBI, creado en 2002 cómo servicio de atención integral a las personas de dicho colectivo. Divulgar contenido discriminatorio y abiertamente hostil contra una nación que salvaguarda los derechos de todos independientemente de su orientación sexual, escudándose en los derechos de la comunidad LGTBI perseguida en Palestina hasta la muerte, es vergonzoso. Hacerlo con dinero público, además, es ilegal.
También es sonrojante ver como patrocinador a una empresa de probada reputación y compromiso social cómo es El Corte Inglés. Financiar campañas de quienes nunca condenan el terrorismo palestino está muy lejos del sentir de sus clientes, e igual que exigimos a las instituciones públicas corten la sangría del contribuyente para estas iniciativas, conminamos a que entidades privadas tomen conciencia de cómo su buena voluntad es usada torticeramente por apologetas del odio.
Creo que es una iniciativa totalmente desafortunada y sin sentido, como pueden no tener en cuenta la realidad de lo que realmente ocurre, ¿ como pueden con dinero público y privado, cerrar la los ojos a la sinrazón de sus actos, indudablemente ha sido una decisión muy lamentable, y muy de cara a la galería que les interesa, mantenerse bien con los países musulmanes, y no con la realidad de la situación, ¿ como pueden presentar un documental en el que se da una visión de una parte, que son los que están en contra de los derechos del grupo que están realizando un festival, para reivindicar, los derechos, con los que van contra estos mismos derechos, los que lo ha programado, se podría decir que están con un problema » bipolar», o sin tendido, excepto que se plieguen, a los intereses, que les convienen de los pretrodolares. Es decir ha primado más , lo subjetivo que lo objetivo, y siempre ofendiendo a Israel.
Es la.maxima ironia que esos paises musulmanes se presenten como defensores de los homosexuales,pero es peor que los paises europeos se traguen esas mentiras
eso es normal a qui los gays son capaces manifestarse contra la iglesia católica pero no tiene huevos hacer manisfestacion contra la embajada de arabia Saudita, por que fácil ellos se consideran progres ven al morito como el revolucionario contra el sistema capitalista opresor y no saben que neo comunistas de Rusia los persiguen a muerte y los países árabes son todos homofobicos por contra es fácil meterse contra Israel el hermano pequeño de estados unidos, sionismo, perverso y capitalista que oprime a la sociedad cuando es lo contrario Israel es la democracia máxima como en la antigüedad fue grecia
Es una información al alcance de cualquiera : ¿qué paises condenan con la pena de muerte a los homosexuales, o con pena de carcel, con latigazos….?¿Cual es la religión de estos «estados confesionales»? Pues está todo dicho. Estos «activistas» son ciegos por no querer ver.