Legítima defensa de Israel y “proporcionalidad” en la respuesta
La proporcionalidad
No hay operación militar a gran escala sin que puedan producirse víctimas civiles. La gran diferencia es que hay quien busca esas víctimas civiles, los terroristas, y quien las intenta evitar, Israel.
La expresión “hay que evitar todas las víctimas civiles” supone, de facto, quitarle a Israel su capacidad de defenderse. Y la defensa de Israel consiste en acabar con la completa capacidad de Hamás, y esto, lógicamente, va a conllevar que haya víctimas civiles.
Los que critican que haya víctimas civiles en Gaza, ¿son los mismos que ahora braman mientras callaron cuando durante el pogromo ejecutado por los terroristas, estos secuestraron, violaron a mujeres, decapitaron niños, y asesinaron a más de 1000 israelíes? ¿Los mismos que en el momento que los judíos eran masacrados, jaleaban tales actos al grito de “Palestina libre”? Como es obvio, es imposible otorgarles ni un ápice de credibilidad.
Las víctimas no “suceden” sin más: hay un responsable detrás, que este caso, es Hamas. El que no haya condenado el terrorismo de Hamás, el responsable objetivo de esta situación y su derivada, no tiene credibilidad ni legitimidad para condenar que haya víctimas civiles.
Mientras que Israel intenta minimizar los daños (con avisos previos antes de bombardeos, por ejemplo), Hamás usa a su población como escudo humano: estableciendo lanzaderas de ataque en áreas civiles pobladas, hospitales o escuelas, encerrando con barricadas a su población para no que no puedan salir de áreas de conflicto, o negando la posibilidad de que se establezca un corredor seguro con Egipto.
Pero es necesario recordar que, esa misma población de Gaza expuesta sin escrúpulos por Hamás, es la misma que recibió jubilosamente los cuerpos quebrados de cadáveres y de mujeres violadas, exhibidos como un trofeo. No eran dos gazatíes despistados: eran calles enteras abarrotadas jaleando la barbarie.
Si Israel respondiera de forma proporcional al ataque, iría casa por casa en la franja de Gaza, sacando a sus mujeres, violándolas y asesinándolas, y apuñalando a los bebés en sus cunas.
Por eso, y sin ambages, SÍ: sí es necesario que ciertos territorios sean derrotadas de un modo decisivo e incontestable. Después, podrá haber reconstrucción y magnanimidad. Pero todo eso llegará después de la victoria decisiva e incontestable, no antes.
Y dicha magnanimidad no puede llegar antes porque: 1) Es robarle a Israel su legítima capacidad y su derecho a la defensa, de sus ciudadanos y de su existencia misma como Estado, y 2) De no producirse una derrota incontestable y definitiva de Hamas, ¿quién asegura que lo sucedido no volverá a ocurrir en un mes, en 6 meses o en un año? Permitir que se repita esta situación sería algo inaceptable e inhumano.
La contención y desescalada
Cuando se pide a Israel “contención”, incluso antes de que pueda defenderse, de que pueda responder, de que ejerza su derecho a ir a buscar a sus ciudadanos secuestrados, no se le está pidiendo a Israel realmente “contención”, sino “inacción”. Dejar la barbarie sin respuesta. No ya se obliga a Israel a pelear con una mano atada a la espalda, sino directamente, que permanezca inmóvil y maniatado para recibir los golpes sin respuesta. No, no funciona así, ni con Israel, ni con ningún país del mundo.
¿Desde cuándo se busca un “empate” en una guerra? ¿Le pidieron “proporcionalidad” a los aliados para derrotar a Hitler?¿Quién dijo que la respuesta al 11S debía ser proporcional, matar al número exacto de talibanes que ellos asesinaron en Nueva York? La proporcionalidad es una farsa.
Sobre la desescalada: sólo una victoria decisiva que cambie la realidad sobre el terreno, con la derrota absoluta de Hamas, con su desaparición para siempre de Gaza, dará lugar a la desescalada. Cuando ese objetivo se haya logrado, nunca antes.
Israel tiene la capacidad militar para convertir la Franja de Gaza en un solar en 180 minutos. Así que, por supuesto que Israel está actuando con contención, aplicándose con la capacidad técnica y operativa existente sujeta a la contención, y acorde al objeto impuesto: la destrucción de Hamás.
Sobre las víctimas civiles
¿Qué es una víctima civil? Hamás cometió una razzia sobre civiles: asistentes a un concierto, familias completas, niños en sus cunas. Ellos mismos lo grabaron. Pues esos terroristas son los mismos animales que son presentados como víctimas civiles de Israel. Por eso, los medios de comunicación deben tener sumo cuidado en decir quien es una víctima civil. En Israel está claro lo que es un civil. En Gaza, no.
No es posible tener a Hamás como fuente de información, y mucho menos otorgar a esa fuente el mínimo de credibilidad. Quien lo hace, se acaba convirtiendo en vocero del terrorismo. Ninguna información que sale de Gaza puede hacerlo sin el control y validación de Hamas. Ningún reportero internacional puede operar con seguridad en Gaza si Hamas no lo permite, y si lo permite, es porque ese reportero tendrá que decir lo que Hamás quiera que diga. Ninguna información crítica puede salir de Gaza. En primera instancia, porque ese medio dejaría de operar allí, y también, porque el corresponsal de turno debería empezar a preocuparse muchísimo por su integridad personal.
¿Cómo pueden los medios aceptar acríticamente cualquier información proporcionada por Hamás? Es inaceptable. Cualquier clip de vídeo, cualquier reporte, cualquier informe sobre víctimas, etc, que se publique en medios, debemos saber que proviene de Hamas, que es como considerar al DAESH fuente legítima de información. También, no podemos olvidar que los corresponsales internacionales que pueden operar en Gaza saben conscientemente que cualquier información crítica con Hamás que salga de su mano les costará acabar en una cuneta.