Lo peor de lo peor
El pasado martes 12 de diciembre, a la misma hora que se encendían las luces de Janucá en la plaza de la Villa, lo peor del siglo XX y lo peor de los 17 años que llevamos de siglo XXI se manifestaban en frente de la embajada de Estados Unidos. Por si alguien se ha quedado pensando, lo peor del siglo XX han sido los totalitarismos, lo peor del siglo XXI, por ahora, el radicalismo islámico. En nombre del primero se han asesinado y condenado a la miseria a millones de personas, en el nombre del segundo hoy se somete a millones de inocentes al terror.
Cuando hay una manifestación de la izquierda en España necesitas tiempo para saber contra que se protesta. Recuerdo una manifestación contra el Plan Hidrologico Nacional que había de todo: banderas republicanas, banderas palestinas, banderas de Cuba y hasta una pancarta de un club de jubilados de Barbastro. Por eso el pasado martes me costó comprender contra que se manifestaban, lo primero que ví fueron las banderas rojas con la hoz y el martillo del PCE (Partido comunista de España) y ya unos segundos más tarde aparecieron las banderas palestinas, jóvenes con panuelos palestinos al cuello y mujeres con el rostro cubierto.
Aunque la manifestación era contra Trump (o eso decían las pancartas escritas en inglés) los únicos gritos que se escucharon fueron contra Israel: «Israel terrorista», «Israel fuera de Jerusalén», «sionistas terroristas». El discurso habitual. Habría unas cien personas y sorprendía ver que las banderas del PCE eran mucho más numerosas que las palestinas.
El odio visceral de la extrema izquierda a Israel es algo genuinamente español. Los mismos que hace 30 años estaban en contra de la caída del muro de Berlín, se manifestaban el pasado martes contra la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y en consecuencia el traslado de su embajada a Jerusalén, decisión que pone fin a un absurdo histórico. Que los palestinos se manifiesten en contra de esta decisión es previsible, pero que lo hagan los comunistas no, salvo en España, única izquierda europea que asume con nomalidad el discurso del odio a Israel, el antisemitismo como algo habitual y una cierta justificación del terrorismo islamico.
No me quedé mucho, de masoquista tengo lo justo, hice unas fotos, escuche las barbaridades que decian en sus conversaciones los manifestantes y me di cuenta de dos cosas.Una buena: que algo está cambiando en España, algunos viandantes se enfrentaron, dialécticamente, a los manifestantes y se está perdiendo el miedo a los violentos. Y otra no tan buena: viendo el odio de los manifestantes creo que nos espera un enero caliente.
© Original publicado por Esto es Israel.