Podemos, un partido pro-iraní y anti-Israel en el Gobierno de España

Europa debe reaccionar ante la deslegitimación de Israel hecha política de gobierno en España

El derecho a la existencia de Israel ha formado parte del consenso intergubernamental de la Europa democrática desde la fundación misma del Estado judío poco después de la II Guerra Mundial. Más allá de las simpatías personales que en cada dirigente pudiera suscitar la aspiración del pueblo judío a tener un hogar nacional, ningún político europeo con aspiraciones de gobierno podía permitirse el lujo de hacer de la pervivencia como nación de Israel objeto de debate en su discurso público. 

Por un lado, porque ni el más acérrimo enemigo de un país pone en cuestión la existencia de este como Estado. Y en segundo lugar porque nadie que actúe de buena fe y haya oído hablar de Auschwitz puede plantear como una opción que Israel deje de existir y sus habitantes queden a merced de los muchos y muy activos enemigos que les quedan.

Esta higiénica tradición de la Europa de posguerra la ha roto el nuevo Gobierno de España al incorporar en su seno a políticos que han abogado abiertamente por la desaparición del Estado de Israel y mantienen estrechas relaciones con los enemigos más sangrientos de este. 

Uno de estos políticos es nada menos que vicepresidente segundo de Derechos Sociales y Agenda 2030 en el nuevo Gobierno. Se trata del líder del partido de extrema izquierda Podemos, Pablo Iglesias Turrión. Su hostilidad hacia Israel viene de lejos, y no se ha atemperado con el paso del tiempo pese a la consolidación de su partido como una fuerza nacional que ahora entra en el gobierno. 

En una entrevista concedida a RTVE en una fecha tan reciente como el 7 de junio de 2018 (1:26:50 en el vídeo), el que hoy es nuevo vicepresidente del Gobierno de España se refirió a Israel -no a una política concreta del Estado de Israel sino al Estado mismo- como un “Estado criminal” contra el que pidió actuar con “más dureza”. 

En esa intervención pública, Iglesias también habló de la “política de apartheid” que a su juicio aplica Israel a los palestinos, en la línea del movimiento BDS (Boicot Sanciones y Desinversión) con el que Podemos y sus marcas en toda España colaboran estrechamente en las instituciones públicas que el partido controla.

Un boicot declarado ilegal por la justicia

Días antes de que Iglesias llamara a Israel “Estado criminal”, su partido, sus socios separatistas y los del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con quienes gobierna en el ayuntamiento de Valencia, declaraban oficialmente el boicot en la ciudad a todo lo israelí bajo la etiqueta “Espacio Libre de Apartheid Israelí” ideada por el BDS. Con una población de 800.000 habitantes, Valencia tiene uno de los puertos de mar más grandes de Europa y recibe cada año 2 millones turistas. 

Más de un año después de que el ayuntamiento votara sumarse a la campaña del BDS contra Israel, un tribunal de Valencia declaró ilegal la adhesión del consistorio al boicot contra toda organización o persona israelí por el mero hecho de serlo, privando así a los ciudadanos de los frutos de la cooperación con Israel en campos como la economía, la educación, el comercio, la cultura y la seguridad.

Más de un año después de que el ayuntamiento votara sumarse a la campaña del BDS contra Israel, un tribunal de Valencia declaró ilegal la adhesión del consistorio al boicot contra toda organización o persona israelí por el mero hecho de serlo. Esta decisión de los ayuntamientos privaba a los ciudadanos de los frutos de la cooperación con Israel en campos como la economía, la educación, el comercio, la cultura y la seguridad, privando así a los ciudadanos de los frutos de la cooperación con Israel en campos como la economía, la educación, el comercio, la cultura y la seguridad.

El tribunal, que se pronunciaba tras recurrir ACOM la decisión del ayuntamiento, concluyó que, uniéndose a la campaña de boicot internacional del BDS, la institución violaba el artículo 14 de la Constitución española, que prohíbe “discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Lejos de ser un caso aislado, sumar a las instituciones públicas que gobierna al boicot contra Israel y los israelíes que impulsa el BDS ha sido una política habitual del partido del vicepresidente segundo del Gobierno de España. 

Los recursos presentados por ACOM han llevado a la anulación de más de medio centenar de iniciativas de ayuntamientos y otros entes locales que habían declarado el boicot contra Israel del BDS. La última de ellas fue revocada por un tribunal el pasado 15 de enero, al considerar una sentencia que el boicot declarado por el ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana (Cantabria) violaba el principio constitucional de no discriminación.

Como en la mayoría de los casos, la moción para sumarse al boicot contra Israel había sido presentada por Podemos y recibió el voto a favor de sus socios del PSOE. 

Que estos mismos partidos estén hoy en el Gobierno de España hace temer que Podemos y sus socios en este caso mayoritarios del PSOE tomen decisiones similares fundamentadas en la hostilidad hacia Israel que profesan abiertamente en las instituciones regionales.

Un antiguo asalariado de Irán como vicepresidente del Gobierno

Ningún régimen del mundo ha expresado tan a las claras su antisemitismo y su deseo de borrar a Israel de la faz de la tierra como el de Irán. Además de oprimir a las mujeres y de asesinar a adúlteras, homosexuales y todos los que desafíen su perversa lógica fundamentalista, el régimen islamista de los ayatolás persigue con saña a sus críticos y ha sembrado la guerra civil y el terrorismo en Oriente Medio y en el mundo desde su establecimiento en 1979.

Todo ello no le ha supuesto ningún problema a Pablo Iglesias para trabajar durante años para el órgano propaganda del régimen de los ayatolás en España, Hispan TV. En este canal dedicado a dulcificar la imagen de esta dictadura criminal en el extranjero presentó sus programas de televisión Fort Apache y Spoilers

El primero era un espacio de comentario político en que el líder de Podemos y hoy vicepresidente del Gobierno de España vehiculaba junto a sus invitados sus puntos de vista sobre política internacional, que son en lo fundamental los mismos que los del régimen que le pagaba y servía de altavoz: crítica implacable a las democracias occidentales, en especial a Estados Unidos y a Israel; entusiasmo por el socialismo del siglo XXI en Iberoamérica y demonización del capitalismo. 

Los capítulos de Fort Apache siguen colgados en la página web de Hispan TV, aunque los vídeos no pueden verse ni descargarse. Como ejemplo de su contenido, el emitido el 9 de junio de 2018 se titulaba Israel quiere a Palestina muerta. En la descripción del programa se llama a Jerusalén Al-Quds. Otra edición, la del 28 de abril de 2018, estaba dedicada a El poder sionista en Estados Unidos un tema clásico del antisemitismo en todas sus variantes que explota con particular entusiasmo el régimen de los ayatolás de Irán.

Fort Apache también ha sido presentado por el profesor de Ciencias Políticas, fundador e ideólogo de Podemos Juan Carlos Monedero, que se caracteriza por su animadversión hacia el Estado judío y ha escrito cosas como que “Israel ensaya su Holocausto en Palestina”.

El segundo programa de Iglesias en Hispan TV, Spoilers, un espacio sobre cine y política dedicado a promover teorías conspirativas contra Estados Unidos muy del gusto de sus patronos iraníes en el que el líder de Podemos también colocó a su esposa, la actual ministra de Igualdad Irene Montero.

¿Financiación iraní para Podemos?

Pero las relaciones entre Podemos y el régimen de los ayatolás podrían ir más allá de estas colaboraciones periodísticas. La Policía ha investigado en el pasado la posible financiación de Podemos por parte de Irán con 5 millones de euros que el régimen teocrático habría canalizado a través de pagos hechos por Hispan TV a sus colaboradores del partido.

Esta forma de recibir fondos de un régimen enemigo de Occidente y con intereses directos en desestabilizar democracias como la española ya habría sido ensayada por Podemos con Venezuela, que según varias fuentes habría inyectado millones de euros a quienes fundarían el partido, a través de la fundación con la que asesoraban al régimen bolivariano y con el objetivo de que extendieran el socialismo del siglo XXI a España.

A la espera de que se confirmen estos supuestos casos de financiación espuria y el recientemente denunciado por las autoridades democráticas de Bolivia, Podemos y su presidente Pablo Iglesias siguen guardando un silencio sepulcral ante los abusos de quienes podrían haber sido sus patrocinadores, y desacreditan toda acción en favor de la libertad de los pueblos oprimidos por estas dictaduras como maniobras imperialistas de Estados Unidos y la derecha internacional, cuando no acusan también a Israel y el “lobby judío”.

Que este tipo de posicionamientos políticos a favor de países como Irán o Venezuela y en contra de Israel, los Estados Unidos y las democracias occidentales puedan pasar a ser política de gobierno en uno de los grandes países de la UE como es España debería preocupar a la opinión pública de un continente que sí se movilizó para evitar que antisemitas como Jean-Marie Le Pen y Corneliu Vadim Tudor pudieron convertirse en presidentes de Francia y Rumanía.