Un Maestro de escuela Asesinado por Palestinos, recordado como un Hombre de Paz

El funeral por Richard Lakin el pasado miércoles fue emotivo, como suelen ser todos los funerales. Su hijo recordó entre llantos al hombre que cada mañana desayunaba con un plátano y una sonrisa. Su nieta adolescente le agradeció por enseñarle a montar en bicicleta, antes de añadir emocionada, “ y por ver conmigo incontables veces La red de Charlotte.”
Pero se podía intuir que había algo inusual en su muerte. Estaban allí el embajador de los Estados Unidos en Israel, sentado en la última fila del templo, y un antiguo miembro del parlamento israelí ayudó a rellenar con tierra el foso.
En su discurso su hijo, Micah Avni, preguntó “ Cómo podía una persona tan maravillosa morir de una forma tan espantosa y brutal?”.
El señor Lakin, 76, recibió un disparo en la cabeza y fue apuñalado en la cara y en el pecho por asaltantes palestinos en un autobús público en Jerusalén, en uno de los momentos álgidos de la ola de violencia de este mes de octubre. El señor Lakin, un americano que se mudó a vivir a Israel hace tres décadas, murió tras dos semanas en el hospital y varias intervenciones quirúrgicas. Recibió allí numerosas visitas, como la del alcalde Bill de Blasio de Nueva York, la del secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon o la de los estudiantes de Hand in Hand, una escuela conjunta árabe-judía de Jerusalén en la que enseñaba.
Él fue uno de los nueve judíos israelíes asesinados por palestinos desde el 1 de octubre. Uno de los dos asaltantes del autobús que murió tras el ataque, fue uno de los más de 25 atacantes palestinos muertos por disparos israelíes durante el mismo período; otros 35 palestinos más murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Cada caso, sin duda, con su historia.
La del señor Larkin es la historia de un maestro de escuela asesinado por jóvenes que podían haber sido estudiantes suyos, la de un devoto de las redes sociales cuya familia ha puesto ahora una denuncia contra Facebook por servir de vehículo a textos que, sostienen, incitan a la violencia. La historia de un hombre que defendía una coexistencia cuyo fracaso acabó con su vida.
“ Era una persona profundamente optimista, que se negaba a desanimarse por la cruda realidad política de aquí,” dijo el rabino Levi Weiman-Kelman de Kol Haneshama, la sinagoga de Jerusalén de la que el señor Lakin era miembro. “ No es que ignorara la realidad, pero ésta no afectaba su naturaleza existencial. No podía imaginar que una solución no fuera posible o que la gente no pudiera aprender a convivir.”
Activista de los derechos civiles y director de una escuela de Connecticut, el señor Lakin se mudó a vivir a Jerusalén junto con su familia en 1984. Enseñaba inglés a niños israelíes y palestinos, actuaba en musicales, y, según dice el rabino Weiman-Kelman, nunca se perdía un mitin a favor de la paz.
Después de una visita rutinaria al médico el 13 de octubre pasado, el señor Lakin llamó a su ex-mujer( y su todavía mejor amiga), Karen, para decirle que cogería el autobús número 78 en vez de volver caminando a casa, porque pensaba que sería más seguro con la oleada de apuñalamientos que asolaba las calles de Jerusalén. Cuando saltó la noticia de que un autobús número 78 había sido atacado, Karen y su hijo marcaron frenéticamente el número de móvil del señor Lakin.
“ Hasta que contestó una de las enfermeras del quirófano,” recuerda el señor Avni, “y dijo que viniese al Hadassah de Ein Karem lo antes posible.”
Hadassah al igual que los demás hospitales de Jerusalén es uno de los raros oasis de la coexistencia árabe-judía que el señor Lakin promovía. Una enfermera palestina en urgencias le reconoció en cuanto lo trajeron herido porque sus dos hijos habían sido alumnos suyos. En el equipo médico que luchó para intentar coser sus órganos se encontraba el doctor Abed Khalaileh , un árabe de Jerusalem este, al igual que los atacantes del autobús.
“Cuando hablé con la familia, tenía lágrimas en mis ojos,- éste es un hombre inocente. ¿Qué hizo para merecer tal castigo?” contó el doctor Khalaileh. “ No estoy siendo político aquí, mi intención no es la de juzgar, e intento desconectar. Pero vives con la sensación de que no está bien, de que después de todo, la persona que llevó a cabo este ataque es de tu propia gente.”
Uno de los atacantes, Bilal Abu Ghanem, fue operado en el mismo hospital, al mismo tiempo que el señor Lakin.
“ Mientras sujetaba la mano de mi padre pude mirar a ese hombre a los ojos cuando despertó en la unidad de cuidados intensivos,” recordó el señor Avni. “Y parece que a él le está yendo bien- contrariamente a mi padre.”
El señor Avni, que hebraizó su apellido, dijo que se enteró que el atacante muerto, Bahas Alian, había anunciado sus planes en Facebook. Mientras aguardaban en el hospital, la familia descubrió con horror en las redes sociales una recreación del ataque del autobús “ para animar a otros a actuar del mismo modo,” comentó el señor Avni, “con instrucciones específicas sobre cómo abrir en canal a alguien y rajarle las tripas del mismo modo en que lo hicieron con mi padre.”
La página que el señor Lakin tenía en Facebook mostraba en su portada a un niño judío con kipá y a uno palestino con kaffiyeh bajo un logo de “ Coexist” construido con símbolos religiosos. La mañana del ataque, había colgado un artículo sobre un descubrimiento para la diabetes, y los días anteriores, su página se llenó con links relacionados con la ola de violencia. El señor Lakin había hecho 38.000 posts de Twitter desde el 2009 y tenía 4,634 seguidores.
“Mi padre disfrutaba con las redes sociales. Usaba Facebook y Twitter para expresar sus ideas sobre educación y sobre paz,” dijo el señor Avni. “ Pero se convirtió también en una víctima de la tremenda cantidad de incitación al odio que circula en esos mismos medios.”
El señor Lakin es ahora el acusador principal en una demanda interpuesta esta semana en Nueva York por un grupo antiterrorista israelí que pretende obtener una prohibición que obligue a Facebook a bloquear los posts que incitan a la violencia contra judíos.
Pero no se habló de todo esto en el funeral del miércoles, en el que Karen Lakin leyó a Robert Frost y describió a su ex marido como el nieto de un granjero socialista que hablaba yidish.
Shachar Boteach, a sus 16 años, la mayor de los ocho nietos del Sr Lakin, dijo a los presentes que sentía “ cómo si la hubieran dejado sin aire.”
“ Querías que intentara siempre ser una mejor persona. Que repartiera amor y felicidad dondequiera que fuera,” dijo, dirigiéndose al difunto envuelto en un chal de rezo judío. “ Y que no querrías que guardara en mi interior ni una pizca de odio, a pesar de lo que te han hecho.”

 

Traducido por ACOM

Original publicado en © The New York Times

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