Universitarios judíos en la diana de los antisemitas

ACOM, ante la impunidad antisemita en espacios universitarios, ha trasladado tanto al Rectorado de la Universidad Autónoma como de la Politécnica, ambas radicadas en Madrid, la obligación de dichas instituciones de garantizar el principio de igualdad formal y material entre ciudadanos con independencia de su origen o religión.
Este contacto con ambas organizaciones se produce tras la exhibición impúdica en algunas de sus Facultades de pancartas que buscan la demonización de Israel, sus ciudadanos y simpatizantes. Un tipo de actuaciones que no tienen encaje en nuestro Estado de Derecho y en nuestra Constitución.
La universidad pública española continúa siendo un lugar de exclusión, discriminación, incitación de todo aquel señalado por grupos mafiosos que controlan sus pasillos y donde minorías como la judía son impunemente intimidadas.
Alertados tras recibir un gran número de peticiones de ayuda de estudiantes judíos españoles que se encuentran desamparados, ACOM ha establecido por los cauces legales pertinentes la comunicación con las citadas universidades. Las autoridades universitarias, pasivas ante estas coacciones, no permitirían expresiones de odio ni racistas de este tipo contra ningún otro grupo étnico, religioso o nacional y son responsables de tomar medidas urgentes contra los grupos de matones radicales que, disfrazados de organizaciones de estudiantes, y con la permisividad de un sistema inaceptable que les legitima, promueven la exclusión de los judíos de la universidad pública.
La criminalización, la demonización, la deshumanización permanente y enfermiza del colectivo judío, del estado de los judíos, es un acto antisemita que pone en la diana a los alumnos, profesores y empleados israelíes y judíos de esos centros.
Por ello, es urgente acabar con el hecho de que grupos discriminatorios patrimonialicen la universidad española, sufragada con los impuestos de todos los españoles, y que esos mismos radicales dejen de apoderarse de los espacios públicos, donde nadie debe sentirse agredido.