Barcelona se ha convertido en un triste modelo del antisemitismo europeo con apoyo institucional, creando un caldo de cultivo para la proliferación de ataques contra las comunidades judías locales.Pese a repentinas aproximaciones a las comunidades judías, los cuatro principales candidatos a la alcaldía de Barcelona exhiben —como mínimo— un largo historial de silencio, cuando no complicidad, frente a dichos actos y declaraciones de discriminación.